Murrina o caña caleidoscopio de arcilla polimérica cruda. Kato. Hecho a mano por CucuArt.

Una murrina, término proveniente de los trabajos con cristal venecianos, es un tubo o bastón con un mismo diseño a lo largo de todo el tubo. Cuando cortas en láminas este tubo, en cada una de ellas tendrás siempre el mismo dibujo.

Las murrinas de arcilla polimérica son utilizadas para crear piezas de joyería únicas y personales; para forrar objetos, como espejos o botellas, y darle un toque diferente y colorido; para reciclar latas o cajas que de otra forma acabarían en la basura.

Debido a su baja temperatura de cocción (entre 110º y 130º) la puedes utilizar sobre muchas superficies.

En nuestro blog puedes encontrar muchos tutoriales que te inspiraran a darle uso a esta murrina.

Puedes trabajar la arcilla polimérica tranquilamente y cocerla en el horno de casa. Debes tener solamente tres precauciones:

- Lavarte las manos después de haber estado trabajando con ella, en especial si vas a comer.

- No utilizar los utensilios que has utilizado para la arcilla polimérica para alimentación.

- No cocer a más temperatura que la indicada por la marca. Si la arcilla polimérica se quema puede desprender gases tóxicos.

Manten a los niños vigilados mientras utilizan este material.

Si es la primera vez que vas a utilizar la arcilla polimérica, no dejes de pasarte por nuestro blog y leer el artículo “Empezando con la arcilla polimérica”. En el encontrarás muchos consejos para iniciarte en este maravilloso mundo.

La arcilla polimérica cruda se mantiene fresca y maleable durante un amplio periodo de tiempo, siempre que se conserve en condiciones óptimas.

Conserva tus murrinas en un lugar alejado de las fuentes de calor y protegidas del polvo.

Si vives en lugar muy frio, calienta la murrina entre las manos antes de utilizarla.

Bien conservada, podemos garantizarte que podrás utilizarla al menos durante un año en condiciones óptimas para manipularla.

Una vez cocida, la arcilla polimérica permanece inalterable. Se convierte en un material bastante rígido y atóxico, que soporta bien las condiciones atmosféricas y que puedes incluso mojar.

Si lo utilizas para hacer piezas finas, como pendientes o colgantes, la exposición al sol directo durante un periodo prolongado, puede hacer que la pieza se ablande. Vuelta a las condiciones normales, la pieza recuperará su dureza original.

Puedes utilizarlo para decorar utensilios de alimentación, como tazas o mangos de cubiertos, pero evita que entre en contacto directo con la comida y lávalos a mano.

Para su limpieza utiliza un paño húmedo y sécalo después.